domingo, 20 de noviembre de 2011

Para mis amigos que ya son padre y madres.

Papi ¿Cuanto ganas? Dijo el pequeño con voz timida fijando sus
expresivos ojos en su agotado padre que llegaba del trabajo.
"No me molestes, hijo
¿ No ves que vengo muy cansado?
"Pero, papi. Dime por favor ¿Cuanto ganas?" Insistió.
"Doscientos pesos al día".
Respondió el hombre irritado con tal de quitárselo de encima.
El niño se asió de su saco y le dijo: "Papi, ¿Me prestas cien pesos?
El padre montó en colera y tratando con brusquedad al niño, le
dijo:
"Asi que para eso querías saber cuanto gano. Vete a dormir y no
me estes molestando, muchacho aprovechado".

Ya había caido la noche cuando el padre se puso a meditar sobre lo ocurrido.
El incidente lo hizo sentirse culpable. Tal vez su hijo queria comprar algo...
Había estado muy ocupado en el trabajo últimamente y no estaba al
tanto de los acontecimientos del hogar.
Queriendo descargar su conciencia
dolida, se asomó a la habitación del pequeño.
"Hijo ¿Estás dormido?"
El niño abrió los ojos a medias. "Aqui tienes
el dinero que me pediste. ¿Para que lo querías?"
Tallandose los ojos, su
hijo metió la manita debajo de su almohada y sacó varios billetes arrugados.
Es que quería completar. ¿Me vendes un día de tu tiempo?
Anónimo
 

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Amistad Sincera.....

Amistad Sincera...
No es un disfraz
es una verdad
no es una frivolidad
es un cariño
la amistad
no es fácil de esconder
ni fácil de hallar
no se cambia un amigo
se conserva...
Amistad no es un titulo
es el alimento del alma
a veces estamos sentados
sin saber que la vida pasa
y solo nos quedara los recuerdos
la vejez, y lo que cosechamos
si cosechaste dinero
tendrás dinero
si cosechaste amor tendrás amor
y si cosechaste amigos
estarás acompañado
camina por la vida
buscando siempre el equilibrio.
No todo es amor, ni trabajo.
No todo es tristeza o felicidad.  

lunes, 14 de noviembre de 2011

"El Verdadero Valor de la Amistad"

Ninguna relación puede funcionar si no aceptamos a las personas como realmente son en su vida pública. Como seres humanos tendemos a querer cambiar a los demás y hacerlos a la manera que a nosotros nos parecen que deben ser.

Es cierto que debemos ser una influencia positiva para los demás; no hay nada malo que imitemos lo bueno de ellos y que ellos, a su vez, imiten lo bueno de nosotros, pero los cambios que se realizan en una persona deben hacerse porque ella así lo desea y no por nuestro afán de cambiarla.

Hay seres humanos que no tienen amigos, porque quieren que las personas con quienes se relacionan sean perfectas, pero, hasta donde se sabe, aún no nace la persona perfecta, solamente el ente perfecto es Dios.

Todos tenemos defectos. Muchos de nuestros defectos son productos de la herencia de nuestros padres y abuelos, la educación, el medio. Cuando una persona confía en nosotros y nos demuestra su afecto, debemos ver lo positivo que hay en ella y la oportunidad de enriquecernos aprendiendo de sus virtudes y aceptándola con sus defectos, que son muchos.

Muchas de las grandes amistades que han existido se han formado entre personas totalmente diferentes tanto en carácter como en pensamiento, y muy diferentes entre sí. El cine y la televisión, a través de su historia, han creado a los personajes de muchas de sus series basados en este simple principio.

Es importante entender que todos somos diferentes y que la verdadera amistad consiste en armonizar nuestras diferencia y apreciar más a fondo lo mejor de nuestros amigos, aceptando aquello que no es placentero, pero que forma parte de su carácter y personalidad.

La lealtad es quizás la característica, por excelencia, de una buena amistad. Algunas veces, por trabajo, estudios u otras preocupaciones, no es posible muchas veces ver a los amigos con la frecuencia que quisiéramos. Llamar a nuestros amigos por lo menos para saludarlos ó escribirles, y saber cómo están tanto de salud como por su familia, es una forma de lealtad; obviamente olvidarnos de ellos es una deslealtad de nuestra parte.

Quizás la forma clásica de demostrar lealtad hacia nuestros amigos, es impedir a toda costa que otras personas hablen mal de nuestros amigos, cuando no están presentes y no se pueden defender de ese ataque. Esto no es fácil. Es necesario armarse de valor para decirle a quien habla mal, que se detenga en ese momento, y que si tiene que decir algo de nuestro amigo ó amiga, que lo diga de frente a las personas que insultó.

También se demuestra la lealtad estando con nuestros amigos ó amigas en las buenas ó en las malas. Especialmente si están enfermas. Es más, la verdadera amistad se demuestra en los momentos de prueba, en los momentos más difíciles.

Es muy común que cuando una persona vive en la prosperidad le sobren amigos. Esto es fácilmente observable entre los artistas de cine, los deportistas famosos, y otras personas que hacen vida pública y ganan por supuesto mucho dinero. Pero, ¿qué sucede cuando se acaba el dinero? La gran mayoría de los pseudo amigos desaparecen de la faz de la tierra. En una verdadera amistad no hay interés material, el único interés que prevalece es el que se tiene por la persona misma. Interés por disfrutar juntos lo positivo de la vida; interés por crecer juntos; interés por aprender juntos; interés por disfrutar de la compañía de los amigos sin importar si son ricos ó pobres, si te pueden dar algo ó no.

Muchas personas tienen amigos sólo para su beneficio propio. El interés genuino se manifiesta en las personas, no en las cosas materiales.

Como amigos podemos sentir empatía y solidarizarnos especialmente con el sufrimiento de quienes queremos de verdad. Los verdaderos y auténticos amigos tienen la capacidad de entender y compartir los problemas, los sentimientos, las alegrías, en fin, las emociones en sí mismas, pero sin hacer juicios. Cualquier alegría es mucho más grande, cuando se comparte con alguien; cualquier tristeza es más llevadera cuando se puede descargar en un amigo ó una amiga.